El fin.

El fin.



Personalmente tuve la dicha/desdicha de descubrir la serie desde hace unos meses.
Cuánto no me arrepiento! Aunque amaría haber palpitado la serie desde hace años, no me arrepentiré jamás de haberme sumergido en lo que de afuera parecía “una serie con personas en una isla rara”. Qué falta de respeto.
En cuanto al fin, no sabía qué esperar. Lo que, en este caso, fue bueno. Porque siempre están esas malditas expectativas qué provocan desilusión. Quien vió “across the sea” supo perfectamente una cosa “Every question I answer will simply lead to another question”. Ahi supimos que Lost no tendría como objetivo sanar nuestras dudas, contester preguntas o resolver misterios, sino cerrar historias. Historias de personajes, de lo que siempre se trato esta serie. Desde el primero momento vimos personajes y personajes y si no aceptáramos que es sobre personajes, ¿no estuviéramos renegando sobre tantos flashbacks/flashforwards? Ellos nos mostraron su pasado, sus maneras, sus porqués, sus odios, sus amores, sus frustraciones, y luego su futuro, un futuro fuera de la isla que los unió, en el que la vida sabía raro, incorrecto. Fue, perdón, es una isla que se nos presento como un personaje mas: “la isla me curó”, “la isla me trajo”, “the island isn’t done with you yet” como si la maldita los hiciera girar alrededor de ella para enfrentar un “destino”. Esa isla, la misma que nos mostró osos polares, saltos en el tiempo-espacio, lugares encubiertos, cual personaje, con su propio pasado. ¿Hemos sabido qué es la isla? No, pero ¿realmente interesa? ¿Hubiese sido mejor qué nos arrebataran esa magia diciéndonos “la isla es la Atlántida”? No, hubiese sido demasiado inocuo. A los aferrados al tema, ¡hemos tenido suficiente información! En ella, se erigen lugares llenos de misticismo, jeroglificos egipcios, estatua religiosa egipcia, templo con referencias a las religiones orientales, centro de energía electromagnética coexistente con otros en otra parte del mundo, etc. Mi conclusión: la isla es un lugar viejo, más que nada, antiguo en donde varias civilizaciones han pasado, se han asentado, se han visto intrigadas, cual nuestros losties, por sus misterios, y han tratado de canalizar dicha energía. Una energía que desde el punto de vista espiritual es luz. Un poco de la luz que yace en todos nosotros y que necesita protección para que no se extinga. Y que desde el puntod e vista científico era energia capaz de generar anomalías y hasta el mismísimo efecto casimir. Simplemente, no me hace falta saber mas nada. De hecho, mirándolo de lejos (wow, que raro suena) es bastante.
Cuando en un final ves la enormidad del todo, del gran cuadro, resulta impresionante. Un grupo, como tantos otros, de personas atraídas por un ente y su Némesis que en su momento fueron nada mas ni nada menos que simples humanos llenos de errores, miserias, virtudes, defectos quienes enfrentaron las consecuencias de sus actos, a los que la mística del poder isleño se les fue transferido, exactamente como nuestros queridos personajes.
Lo más hermoso fue ver sus evoluciones, pasar del vacío y la soledad de sus vidas, razón suficiente para proteger la isla, hacia la redención del mal que habían provocado en sus vidas, encontrando sus amores, sus pares, sus objetivos de vida, metas, la búsqueda del significado y la llamada “misión” de vida. Eso es lo que nos emocionara en su recuerdo, no el por qué de los 3,2 millones de Miles.
Que una serie se atreva a meterse con esos temas, y que además recurra a temas científicos, es lo que hace grande a lost, y dónde va a plantear esas cuestiones sino a través de sus personajes. Aquellos que quedaran en nuestras memorias para siempre como las personas que encontraron en otras, a través de la isla, la motivación para sacrificarse por ellas y transformaron todos sus esquemas de lógica, pensamiento y sentimiento. (Jack qué grande sos.)
Por ultimo, hermosísima la elevación de la serie en el final. La resolución del “live together, die toghether”. Lost, no solo te has metido con la vida misma, sino con el mas allá. Despotricadores de la religión absténganse. Las religiones solo son interpretaciones. Esto va más allá. La idea apunta hacia lo más interior de nuestra alma.

LOST, gracias. Cuse y Lindelof, gracias por su arte. Gracias por tantos momentos de emoción, alegría, espanto, exasperación, amor. Eso es una buena ficción.

LOST 2004 – 2010 Siempre.